domingo, 28 de abril de 2013

Siglo XXI:


“Decía que eran tres los factores que han marcado la historia del comienzo de siglo”. Al comenzar el siglo XXI hubo tres actos que cambiaron por completo el mundo. El primero fue el 11 de septiembre de 2001 cuando hubo un ataque terrorista al World Trade Center de Nueva York y al Pentágono en Washington, el segundo, mas musical, fue la gran separación de la música estadounidense con la británica en 2002 y la última, la gran crisis que sufrió la industria discográfica a causa de la piratería que ha ido incrementando a causa del progreso tecnológico. El primer factor es fácil de entender y supuso un antes y un después en la historia de Estos Unido. El segundo fue realmente sorprendente, por primera vez en cuarenta años, en las listas de EE.UU hubo una semana en la que no salía ninguna canción de procedencia británica en el top-100. Esto podría suponer un estancamiento en el mercado británico y EE.UU un gigante motor que caminaba solo. Y por último, la crisis de la piratería. Esta crisis fue una de esas crisis evitables que además, transcurrió durante años desde la aparición del CD y el aparato capaz de grabarlos y reproducirlos. Y la aparición del top-manta no ayudaría a la industria discográfica. Se traba de personas con mantas extendidas en el suelo llenas de CD's perfectamente grabados, con fotocopias a color en la portada real y vendidos a la sexta parte de lo que se pagaría por uno idéntico en una tienda. En España, un millón y medio de personas compraban discos piratas con un promedio de 3,45 discos al trimestre en noviembre de 2002. Así que todo este fenómeno hizo que tanto artistas y discográficas se planteasen que habían hecho mal y frases como “pudimos haber bajado precios cuando apareció el CD, pero quisimos exprimir la vaca e hicimos todo lo contrario, aumentarlos. Ahora ya es tarde para volver atrás” eran escuchadas por todo el mundo. Y efectivamente, la piratería solo ha ido aumentando con los años porque los desarrollos tecnológicos también han ido avanzando. 



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